Uno de los últimos epígrafes de nuestro nuevo Estudio: Islamofobia en España (en fase de elaboración) consiste en la pregunta: "¿Qué persona cree que sufre un mayor número de agresiones por su condición de musulmana?" Y las posibles respuestas son: 1. Hombres 2. Personas que son confundidas con musulmanas 3. Menores 4. Mujeres 5. NS/NC
Al igual que en nuestro anterior informe, una de las opciones señaladas con mayor profusión fue la correspondiendo a la apreciación de que son las mujeres las que sufren mayor violencia islamófoba.
"La realidad de la islamofobia de género como discriminación específica nos indica que las mujeres musulmanas son el principal objetivo de los ataques islamófobos (...) La percepción que comúnmente se tiene de la situación de las mujeres musulmanas suele estar condicionada por tres factores fundamentales: El primero es el grado de islamofobia o rechazo al extranjero, el segundo grado de laicidad y, en tercer lugar, la presencia o no de un componente emancipador-feminista." (Informe: Islamofobia en Andalucía 2018)
Como vemos, la extranjerización junto con el relato racista acerca de las circunstancia de la persona percibida como musulmana es uno de los principales elementos de la narrativa islamófoba que, además, en la actualidad afecta en mayor grado tanto a las mujeres como a los menores. Esta última cuestión ha tenido un especial impacto en el estudio actual sobre la percepción de la islamofobia en España y, a continuación, explicaremos de qué manera el uso de nuevas narrativas racistas está en la base de dicha observación.
Sobre la percepción de que existe un aumento de ataques islamófobos hacia menores, cabe hablar del uso frecuente en medios de comunicación del término "mena" para referirse a hombres jóvenes racializados, percibidos socialmente como menores extranjeros, sin embargo, tanto su uso como el verdadero significado de este término son mucho más complejos. De un tiempo a esta parte se ha difundido un gran número de bulos en torno a aquellos que son percibidos de esta forma atribuyéndoles el hecho de ser delincuentes, pero los datos oficiales dicen que más de un 80% de los menores extranjeros no acompañados no ha cometido nunca ningún delito. En el caso de Andalucía, menos del 1% ha tenido relación alguna con un delito.
El uso del término "mena" en las nuevas narrativas racistas pretende evitar el uso de la palabra "niño/a" y, por tanto, soslayar la posible sensibilidad en el oyente/lector de una noticia ante la situación precaria o de desatención social que está sufriendo el/la menor. Por tanto, el uso de un término del ámbito burocrático (introducido por la Ley de Extranjería del año 2000) se usa como barrera a la empatía. El efecto del discurso anti-inmigrante ha tomado a los menores como objetivo con la clara intención de estigmatizar a una parte de la población por el hecho de ser extranjera y/o percibida como musulmana.
En un reciente artículo publicado por Maldita.es titulado "¿Tenemos que dejar de llamar ‘MENA’ a los niños y adolescentes extranjeros que llegan solos a España?" se señala que el término 'mena' cosifica y deshumaniza a niños y niñas o adolescentes en una situación de vulnerabilidad, convirtiéndolos en un número y deja de reconocerlos como iguales al resto de menores en España. Es, en conclusión, el uso del término el que ha pervertido su significado original.
En ocasiones, la creación de nueva terminología islamófoba está relacionada con determinados hechos ocurridos (sean positivos para la convivencia o no). Uno de los ejemplos más claros es el uso del lema "rapefugees not welcome" en oposición a las manifestaciones en Europa a favor de la mejora del sistema de acogida de refugiados que utilizaron el lema "Refugees Welcome". Sobre la fachada del Ayuntamiento de Madrid, un grupo neo-nazi llegó incluso a colocar el lema "españoles welcome" como contrapartida del lema utilizado en las manifestaciones a favor de la acogida de refugiados.
Pero el uso de esta terminología no se extendería sin la ayuda de determinados medios de comunicación que los difunden y, de nuevo, la extranjerización y la estigmatización de la población racializada están presentes en el discurso islamófobo que acompaña la redacción de hechos (reales o no). Una de las principales impulsoras del término "rapefugees" en 2016 fue una periodista cuyo encabezado, en su web personal, reza: "Dirige una mirada crítica hacia el Islam y su propósito es reportar lo que no se dice en los medios de comunicación masivos. Escribe sobre inmigración y los problemas de asimilación en Suecia". La propia descripción de su labor profesional realiza una vinculación aparentemente indisoluble entre inmigración, islam y problema social. En España, tanto los movimientos políticos de extrema derecha como los medios de comunicación que apoyan dicha ideología han tomado este mismo discurso y aconsejan a sus seguidores en redes sociales que lean exclusivamente sus contenidos en pos de la verdad "que otros no quieren publicar". Aprovechan por tanto, la falta de contraste de la información para difundir y compartir a través de redes sociales bulos y noticias redactadas con una narrativa islamófoba, incluso traduciéndolos directamente al español desde cualquier lengua. En Alemania se llegó incluso a acusar a los medios alemanes de haber difundido intencionadamente el uso del término rapefugee, sembrando la instalación en el lenguaje popular de una palabra que atribuye de forma general la comisión de un delito sexual a un grupo social vulnerable, lo estigmatiza y promueve el odio en su contra.
Algunos de los elementos frecuentes de la narrativa islamófoba son:
- Utiliza indistintamente palabras como árabe o musulmán, obviando el hecho de que no todas las personas árabes son musulmanas ni todas las personas racializadas son árabes.
- Justifica la hostilidad hacia los musulmanes como natural, considerando que tanto el Islam como los musulmanes son un problema para el desarrollo social o la convivencia.
- Invisibiliza la opinión o punto de vista de los musulmanes.
- Observa el Islam como ente invariable y monolítico.
- Destaca la diferencia racial como amenaza.
- Subyace la percepción del Islam como ideología. El redactor no lo analiza como creencia, ni contempla la posibilidad de una vivencia individual de la misma sino que engloba la identidad del/los individuos dentro de un colectivo homogéneo.
Desde el Programa Nacional de Prevención de la Islamofobia, consideramos fundamental la prevención de la islamofobia así como la difusión de una contra-narrativa informada que contraste con
datos reales, fuentes fiables (informes oficiales del Estado o estudios científicos) y un lenguaje sencillo, aquellas noticias que esconden la intención de promover el odio tanto contra las
personas musulmanas como hacia aquellas que son percibidas como tales, como hacia los símbolos y/o producciones culturales relacionadas o percibidas en relación al Islam.
Fuentes:
https://www.publico.es/politica/neonazis-colocan-ayuntamiento-madrid-pancarta.html
https://www.newtral.es/reportajes/menas-noticias-falsas/